sábado, 24 de septiembre de 2011


¿Cómo os sentís cuando mecánicamente al llegar a casa encendéis por inercia la televisión? ¿cómo os sentís al ver todo lo que al mundo le ocurre? ¿Cómo os sentís en una gran tumbona de playa en pleno mes de agosto? Os lo diré, os sentís de puta madre,... pues nada, ya nada, os impide vivir en paz con vosotros mismos, y ¿por qué? Porque así os han educado, así os han amaestrado, cual fiel compañero canino. Ya no sentís el dolor, ya no sentís dolor que no sea vuestro, que no sea físico. Ya nada importa, nunca os ha importado nada, nada que no fuera vuestra vestimenta o cuenta bancaria. Y así van las cosas, como quieren, como los de arriba quieren, porque no tienen impedimento alguno para campar a sus anchas. Pues yo, pienso cortarme los hilos, y dejar de danzar cual marioneta al son de quien me mueve. No pienso quedar impasible a tal desastre, me cago en la cochambrosa y oculta dictadura que nos nubla, me cago en quien diga que todo esto es normal, que todo esto va bien, porque no es verdad... ¿Es que no lo veis? ¿No os dais cuenta? No, sé que no, sabéis lo que pasa, pero es mejor girar la cabeza, ¿verdad? es mejor silbar, cambiar de acera, es mejor andar mirando al suelo, en tu burbuja... pues me parece estupendo, ¡vivir!, ¡vivir en vuestra ignorancia!, aunque yo a eso no lo llamaría vivir... si en realidad estuvierais vivos reaccionaríais, si en realidad estuvierais vivos lucharíais por cambiar lo establecido, por hacer lo que en realidad os naciera y no lo dado, por creer en vuestras ideas y no en las que "dicen", lucharíais por ser vosotros, por haceros escuchar... y no lo hacéis.

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